domingo, 17 de noviembre de 2013

Conclusión

Los hábitos que les enseñamos y el ejemplo que les damos a los niños los marcan para el resto de sus vidas. Nos cuesta mucho trabajo cambiar conductas, aunque sabemos que sí se puede. Evitémosle a los niños malos hábitos. De pequeños es mucho más fácil corregirlos. Los padres deben estar muy atentos a que los niños aprendan buenas costumbres y si para ayudarles es necesario que ellos mismos hagan cambios en sus conductas, para que eso sirva de ejemplo a los niños, de manera muy enfática se los recomiendo que lo hagan.

Obsérvense a ustedes mismos y hagan un análisis objetivo de los ejemplos que les están dando con su propio comportamiento, porque recordemos que los niños imitan las conductas de los padres. Si yo siempre llego tarde a todos los lugares, si no me siento tranquilamente a comer sino que como apresuradamente, si soy una persona desorganizada, si tengo problemas de alimentación que me dan problemas de peso, todo eso lo está aprendiendo y asimilando el niño aunque tú creas que no, porque piensas que no se lo estás enseñando. El niño lo ve y lo vive todos los días de su vida y eso es lo que termina creyendo que es lo correcto.



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